martes, 22 de septiembre de 2009

Armando Negri Piérola

Mis recuerdos de tía Lucha son todos de amor a la familia, generosidad, inteligencia, alegría, rectitud, temperamento, pasión, creatividad, disciplina, tenacidad, paciencia, sabiduría y música, mucha buena música.
Todos estos dones han hecho que TANTA gente la admire, la quiera y la respete.
Tuvo siempre tantos amigos maravillosos.


Conocí de su infancia por mis padres, Armando y Coco.
La tía Lucha el orgullo de mi abuelo Roberto, escultor italiano, quien creó un busto de Beethoven en bronce fundido, que luego cinceló y dedicó a su idolatrada Luchita. Los Negri Schuldreich fueron siete hermanos: Roberto (especialmente querido y jefe de familia), Laura, Bertha, Eduardo, Italia, Armando y Lucha.


Las anécdotas de su infancia en Chile son muchas, pero hay una muy simpática: Cuando al abuelo le encargan hacer el monumento de Bernardo O’Higgins, le dan un uniforme original de éste, y uno de sus hermanos se puso el traje y salió a la calle bien uniformado.


Armando y Lucha, los dos menores, fueron siempre muy unidos y muy amigos. Compartían dos pasiones: la música, oído muy fino de papá, y los autos.
Coco, mi mamá y tía Lucha también fueron muy amigas desde jóvenes, en Barranco y en el Club de Regatas de Chorrillos.
Sabemos que hubo grandes jaranas y bailes en Lima y en Huacachina, donde el abuelo daba fiestas en el Mozzone.


Recuerdo las reuniones en casa de mamama Lucha.
Se comía riquísimo, todo el mundo se reía, y siempre había música, el precioso Blüthner, el enorme acordeón Hönner blanco, obras de arte por todas partes, los tíos y tías, su marido y compañero Eugenio Campodónico y todas las primas: Lydia, Ada, Ruby, Diana, Lala y mis hermanos Roberto, Elsa y Rossana.
También su malgeniado perro salchicha llamado “Chato”.


Cómo no recordar, con mucho cariño, a nuestro querido primo Marquitos y todo el amor que ella le dió toda su vida.
También a sus grandes y maravillosas amigas que siempre han estado y están con ella.
Necesitaríamos mucho más que una hoja para poder poner todos los nombres del millón de amigos que ella tiene.

En resumen: Gracias tía Lucha.
Gracias por haber sido y ser como eres: ejemplo y orgullo de todos nosotros.

Te queremos mucho.

Armando Negri Piérola