martes, 22 de septiembre de 2009

PILAR ZÚÑIGA

Pequeña biografía y testimonio de la maestra Lucha Negri


HOJA DE VIDA DE LA MAESTRA EMERITA
LUCHA NEGRI
El 30 de agosto del año 1919 vio la luz la privilegiada pianista y Maestra Emérita del Conservatorio Nacional de Música, Luisa Olga Negri Schuldreich.

Su madre, nacida en Francia, de origen Austriaco fue una delicada pianista que llenaba las noches de tertulia familiar de los siete hermanos.

Su padre, Roberto Negri Di Lorenzo, un reconocido escultor italiano, napolitano para mayores señas, luego de ganar un concurso en Europa por la Exposición Universal de 1900 en Paris, mediante una reducción del David de Miguel Ángel, que se exhibe en el Museo del Louvre, vino contratado a América y dejó obras de gran valor en diversos países: una de las más importantes, el monumento al Héroe Bernardo O’Higgins en Chillán, Chile.

Nacida en Santiago de Chile en una familia en cuyo ambiente se respiraba el arte, compartió con sus hermanos el aprendizaje temprano de la música. Destacaron los hermanos Armando, en el estudio del violoncello y “Luchita”, la hermana menor, en el piano. Los dos ingresaron al Conservatorio de Santiago de Chile.

Aquí se iniciaría la carrera de esta maravillosa mujer quien estudiara los cursos de piano con la pianista alemana Elena Blin, y los cursos de teoría y solfeo con Flora Guerra; hasta que a la edad de diez años la familia
se mudara al Perú por un contrato por el que el gobierno del presidente Leguía solicitara los servicios del escultor Roberto Negri.

La familia se afincó, de esa manera, en el distrito de Miraflores. Ella continuó sus estudios en el Colegio Alemán (hoy Colegio Alexander von Humboldt), como lo hiciera en Chile. Los padres buscaron un lugar para el desarrollo de las inquietudes artísticas de "Luchita“, quien luego de riguroso examen, en la Academia Nacional de Música Alzedo, hoy Conservatorio Nacional de Música, ingresó a realizar sus estudios musicales

Fueron algunos de sus maestros:
en los cursos pianísticos, la maestra Inés Pauta
en los cursos de Teoría y Solfeo, Enrique Fava Ninci
en los cursos de Armonía, Monseñor Pablo Chávez Aguilar
en los cursos de Historia de la Música e Historia del Arte el recordado catedrático Doctor Cesar Arróspide de la Flor
en la dirección de la Masa Coral , el entrañable Maestro Carlos Sánchez Málaga

Anualmente presentaba su maestra, Inés Pauta, un recital con sus mejores alumnos. Ella quedaba siempre como el “broche de oro”. Con el reconocimiento académico de sus maestros y de su alma mater, se graduó con honores como Solista de Piano, carrera que se completa en catorce largos años de estudio. Pianista obligada en las mejores salas del país, era además, invitada a participar en recitales a provincias. Trujillo, Arequipa, conocieron de su arte.

La Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Theo Buchwald en su mejor momento, la contó siempre entre sus solistas, distinguiéndose de manera especial su técnica, que denotaba un estudio esmerado y una facilidad para enfrentar las diversas obras a cabalidad. Tocó, al lado de Inés Pauta, María Ureta y Augusta Palacio, el concierto para cuatro pianos de Bach; así como el de tres pianos, con su profesora Inés Pauta y Augusta Palacio. Sus programas solísticos incluían casi siempre “El Carnaval” de Schumann, la Balada Nº 3 de Chopin, el Concierto Italiano de Bach, De los Años de Peregrinaje de Liszt y muchas más de las que no han quedado grabaciones, pero sí muchas elogiosas críticas en las revistas y periódicos de la época. Sorprendía su conocimiento de los estilos, su apasionado temperamento y su predilección por las obras de largo aliento, siendo Schumann, Liszt, Schubert, Beethoven, sus favoritos hasta hoy. Se presentó en innumerables ocasiones en la sala Entrenous, en la Sociedad Filarmónica , en el Teatro Municipal, el Teatro Segura, en las actuaciones oficiales que realizaban a fin de año las escuelas en su conjunto; y en cuanto evento de obra social fuere necesario su concurso.

CLAUDIO ARRAU, el pianista del siglo XX, muy amigo de la familia y ligado a la familia por haber compartido la bohemia artística con los Negri en Santiago, entusiasmado por el talento que encontró en Luisa Negri, se convirtió en su Maestro de Perfeccionamiento.
Era ésta la secreta razón de los avances de Lucha. CLAUDIO ARRAU fue gran amigo del escultor Negri. La cercanía a un pianista de esa envergadura fue más que aprovechada por la bisoña ejecutante, y sus enseñanzas han dejado imborrable huella en su “toque”, así como en su modo de “enseñar”. Atesoró Lucha esos conocimientos que hasta hoy entrega generosamente a quienes ella considera los pondrán en práctica.

Así las cosas, el MAESTRO advirtió a la familia de la necesidad de promisorios estudios en Alemania. El padre, italiano antiguo, acepta la posibilidad sólo si Lucha viajaba con su madre; cosa que no pudo concretarse, puesto que ella tenía ya una familia grande que atender. Los Negri Schuldreich eran siete hermanos que daban trabajo.

Luego, la vida sorprendería a Lucha Negri con otras oportunidades. No se hicieron esperar ofertas de parte del maestro Carlos Sánchez Málaga, Director del Conservatorio Nacional de Música en ese momento, para cubrir una licencia por enfermedad de una maestra de piano. El plazo se fue extendiendo de uno, a nueve meses, hasta culminar el año académico.

Esta, aparentemente corta experiencia, sacó a relucir una escondida y aún para ella misma desconocida veta: su vocación de maestra, que ejerce hasta la actualidad.

La maestra Lucha Negri ha trabajado ininterrumpidamente treinta y cinco años en el Conservatorio Nacional de Música, ocupando los cargos de Profesora Principal de la especialidad de Piano, Presidenta del Jurado de Calificaciones de la especialidad de Piano, Jefa del Departamento de Teclados en diversos períodos académicos, Maestra del curso de Música de Cámara, para los alumnos de especialidades del nivel superior, Profesora de Repertorio para los pianistas que preparan sus exámenes de grado, concluyendo su gestión como Directora de Proyección Social de su alma mater. Es hoy Maestra Emérita del Conservatorio Nacional de Música, entre otras muchas distinciones.

Maestra de maestras, es reconocida como la profesora que ha dado más alumnos graduados, salidos de sus aulas en todas las épocas del Conservatorio. Veinticinco pianistas que hoy deleitan a los públicos más diversos.






TESTIMONIO PERSONAL
… “Recuerdo a la primera alumna que gradué. Gloria Florez, tocó con Theo Buchwald por concurso con la Orquesta Sinfónica de esa época; siguió estudios en Manhattan y se graduó. La mala suerte hizo que se fracturara un dedo y orientara sus estudios hacia la lingüística, lo que le posibilitó un cargo directriz en la ONU. Ahora vive entre Washington y Grecia, felizmente casada con el laureado traductor de la obra de Vallejo y Neruda, al griego, Rigas Kapatos.

Norma Higa, de origen japonés, a los 9 años interpretó con la Orquesta Sinfónica Nacional, el famoso concierto de Arne, continuando una fructífera carrera que le posibilitó ganar premios diversos como los de la Sociedad Anacrusa.
Alicia Arce y Margarita Winkler llegaron luego a mis manos. Hoy Alicia Arce reside en Basilea dando recitales como solista, así como de música de cámara al lado de su esposo, cellista de la Sinfónica de Basilea con quien ha hecho también grabaciones.
Margarita Winkler, Raquelita Proutsky, Consuelo Arriarán, son actualmente

maestras de música en prestigiosos colegios, lo mismo que Rosa Madalengoitia, Jeannette Guerrero, Rosa La Rosa, Ivonne Schiaffino, María del Carmen Montes.
Luego llegó un ramillete de alumnas extraordinarias: Pilar Zúñiga y Myriam Ávalos, Lidya Hung, Ana Toguchi. Rosa Basurco, lamentablemente fallecida, con quienes hicimos infinidad de recitales. Fue una época de apogeo para la interpretación pianística, porque podíamos armar festivales de los conciertos de Bach, de las Sonatas de Beethoven, de las sonatas de Mozart, de la obra del maestro Roberto Carpio. Cuántas cosas hicimos. Y todas ellas tocaron con la Sinfónica Nacional y la Orquesta del Conservatorio

Más tarde llegaron Carlota Bravo, María Julia La Rosa, que se han dedicado a la docencia. Gracias a todas ellas, y lo digo con orgullo, el Conservatorio cuenta con una escuela pianística de primera línea, pues son mis herederas de la técnica más depurada, de mis maestros alemanes, de la Señora Inés Pauta y del gran amigo de mi familia, Claudio Arrau, a quien vi siempre de la manera más natural. Nunca me imaginé que estaba al lado de un famoso.

Ellas saben cómo conquistar al alumno y llevarlo a gozar cada minuto de su interpretación. Al menos eso fue lo que yo me propuse para ellas.
Desde el Conservatorio y desde instituciones privadas, trabajan seria y profesionalmente en la educación musical.

Pilar Zúñiga y Myriam Ávalos, llamadas niñas prodigio por la corta edad a la que iniciaron sus estudios y por el talento enorme que las distingue son especiales para mí porque comenzaron conmigo muy chiquititas. Myriam, hoy en USA, es una destacada pianista, que realiza constantes giras haciendo Música de Cámara desde Washington.

Pilar Zúñiga eligió el camino de la docencia y la investigación, dentro del Conservatorio y fuera del país, desde que fue convocada por la UNESCO, ha fundado la primera asociación para la educación musical que se ocupa a escala nacional de formar docentes de música. Luego de una activa vida artística como solista, que yo la animo a continuar, se ha entregado por entero a sus labores de docencia y proyección en la Asociación MUSICRESCIENDO, en donde me ha hecho Presidenta Honoraria. Yo participo en todas sus actividades, encuentros, seminarios, a nivel nacional e internacional. La PUCP y la UPC la han llamado por sus amplios conocimientos. Le gusta reunirnos a todos, convocar, y creo que ella tiene un regalo especial que comparte conmigo: su familia, que también es mía.

Gustavo La Cruz comenzó muy chico también, desde los siete años se notaba lo que llegaría a ser. Ahora mantiene una brillante carrera de solista en Berlín, ha ganado varios premios internacionales de interpretación. Ofrece por toda Europa recitales y conciertos, sobre todo de compositores peruanos. Además hoy es Doctor en Música Sacra, ha estudiado Dirección coral y orquestal, órgano y clavecín, ha hecho una tesis sobre “El oído absoluto”. Durante sus visitas a Lima es invitado constantemente a ofrecer recitales en el Conservatorio Nacional de Música, la Sociedad Filarmónica de Lima, la Universidad Católica, la Orquesta Sinfónica Nacional.

Consuelo Arriarán, Rosita La Rosa, Rosita Madalengoitia, María Julia La Rosa, brillantes maestras, han sido también mis alumnas, en la madurez de sus vidas. Cuánta dedicación he visto en ellas!

Frank Temoche, y Marvi Manrique son los últimos alumnos que gradué. Frank continuó estudios de perfeccionamiento en Barcelona y ahora es profesor principal del Conservatorio de Islas Canarias, en los cursos de Música de Cámara al Piano y Repertorio para Recital de Graduación.

Marvi Manrique se graduó en el Conservatorio de Rotterdam, Holanda, habiendo obtenido los máximos títulos como solista y pedagoga en Música y es ahora profesora en su estudio de Dusseldorff, Alemania.

He tenido muchísimos alumnos que no llegaron a ser pianistas, a pesar de haber seguido sus estudios rigurosos. Cada uno de ellos ha sido tan inteligente que supo tomar mis consejos con sencillez y ahora sé que están en el mejor lugar posible.Son tantos y a todos los recuerdo.


Sólo para mencionar a dos de tantos y a los que quiero mucho porque los veo realizados en sus verdaderas vocaciones. Uno es Miguelito Harth Bedoya, como le digo yo, que llegó a tocar con la Sinfónica, y ahora es Director Titular de la Orquesta de Fort Worth. Miguel está empeñado hoy en la difusión de la obra de los compositores peruanos y me encanta que haya empezado por Enrique Iturriaga, mi gran amigo.

Aurelio Tello, hoy día es el investigador más importante de la música colonial mexicana. Llegó un momento en que yo le planteé que el piano era para él sólo el comienzo de un camino más largo. Él lo entendió muy bien y recuerdo haberlo visto estudiar dirección de coros, composición; y hoy es musicólogo. Como investigador del CENIDIM viajó a México, donde ha ganado el Premio Tomás Luis de Victoria, que es un premio importantísimo. Otro peruano que lo ganó es Celso Garrido.

“Lo único que quiero es continuar con mi labor de maestra y amiga de mis alumnos.”

“Mis mayores satisfacciones profesionales”, dice la maestra, “los alumnos que formé y titulé como pianistas; veinticinco en total”

Lucha Negri es la maestra, pianista y artista más reconocida y respetada nacional e internacionalmente, gracias a cada uno de sus discípulos, que trabaja desde diversos lugares del mundo para no defraudar al modelo maravilloso de persona que le tocó como maestra.

Una vida que sólo genera más vida.


Ediciones Musicresciendo – Pilar Zúñiga